La pandemia y la feria judicial en la Justicia Nacional del Trabajo
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De la demora, a la parálisis y… ¿al colapso?
El 16 de marzo de 2020 la Corte Suprema de Justicia de la Nación suspendió los plazos procesales y, posteriormente, decretó la feria que se extiende hasta el día de hoy.
Si bien en las diferentes acordadas la Corte facultó a las distintas Cámaras a habilitar ciertas actuaciones, en el fuero del trabajo se ha hecho nula utilización de dicha facultad y se mantiene en una parálisis casi absoluta.
Suspender los plazos procesales es lo mismo que suspender los derechos de los trabajadores.
El argumento esgrimido por algunas autoridades de que la justicia está funcionando a pesar de la feria, al no dejar ninguna situación urgente en desamparo, al menos en materia laboral, es falsa.
¿Qué puede ser más urgente para un trabajador que llevar el sustento para su familia?
El plazo procesal es el vehículo que permite transcurrir el camino desde la presentación de la demanda hasta el cobro de la indemnización establecida en una sentencia firme. Si ese vehículo funciona mal o no funciona, el derecho vulnerado nunca recibe reparación.

Hoy en día, la Justicia Nacional del Trabajo sólo permite que se sorteen demandas próximas a prescribir.
Cada día que pasa, estamos haciendo más grande y desastroso el cuello de botella que tendrán los juzgados y cámaras laborales, cuando la pandemia quede atrás.
Por otra parte, no debemos olvidar las decenas de miles de causas en trámite, que ya de por si se encontraban al momento de decretarse la feria en una bochornosa situación de demora. Demora a la que debemos sumarle el trabajo acumulado de tres meses de inactividad al día de hoy.
La situación sanitaria que originó el COVID 19 en el país y en el mundo, ocasionó un daño fenomenal en el siempre tenso equilibrio económico que sostiene una relación laboral.
Por lo tanto, debemos estimar que cuando se levante la feria se sumaran miles de causas nuevas.
Si las autoridades no se comprometen con la gravedad de la situación y no asignan más recursos, personal y mejor tecnología para resolver la coyuntura, cabe preguntarse:
- ¿Cómo se abordarán las ya demoradas causas en trámite, más todas las causas que ingresarán debido al desastre que la actual crisis está generando?
- ¿Acaso la variable de ajuste será demorar aún más los ya muy demorados expedientes?
- ¿Está al tanto Corte Suprema de Justicia de la Nación que muchos juzgados y salas (antes de la feria sanitaria) tardaban más de un año y medio en dictar una sentencia, o diez meses en abrir un expediente a prueba?
- ¿Admite el fuero del trabajo más caos del que ya tiene sin incurrir en graves violaciones a los derechos y garantías constituciones también consagrados en convenios internaciones de jerarquía supra constitucional?
En los últimos días el presidente de la Corte Suprema de Justicia manifestó en la prensa que la Justicia está a la altura de la delicada situación que vive la sociedad argentina. Pero al suspender indefinidamente los plazos procesales, dejo a miles de trabajadores sin acceso a la justica. Sin derechos.
Algunos trabajadores ni siquiera pueden interponer sus demandas, otros quedaron varados casi al comienzo del camino y otros a tan solo unos días de que se venciera el plazo para que depositaran su indemnización y pudieran cobrarla.
El COVID 19 solamente se propaga con el contacto entre personas, solamente ello debería restringirse. El resto puede funcionar con normalidad habida cuenta que una enorme cantidad de actos procesales ya habían sido digitalizados y de que no hay un impedimento técnico para que pasen a digitalización el resto.
Proseguir con la feria agrava aun más las demoras de los reclamos en trámite, deja sin atención los reclamos presentes y probablemente constituya un colapso hacia el futuro.